Tres potentes antibióticos naturales que tienes en tu cocina

Publicado el 19 de Junio de 2023 by Expertos en seguros y bienestar, Equipo Génesis
Tiempo de lectura estimado: 5 minutos

Las bacterias están mutando para hacerse resistente a los antibióticos, por lo que cada vez es más difícil controlar las infecciones. Por eso, los nuevos estudios buscan “medicamentos alternativos” y más eficaces en las plantas y alimentos que tenemos a mano.  Desde que surgieron los antibióticos, han salvado millones de vidas. Sin embargo, su abuso ha dado lugar a que se produzcan infecciones más resistentes. De hecho, la OMS ha afirmado que “la resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo”. Esa resistencia se produce cuando las bacterias mutan como respuesta al uso indiscriminado de fármacos. 

El problema es tal, que cada vez hay más infecciones difíciles de controlar, como la neumonía y la septicemia, ya que los antibióticos están perdiendo su eficacia. Por eso, muchos médicos y científicos están investigando el potencial de “medicamentos alternativos”, como los extractos de plantas que se han usado en muchas partes del mundo desde hace siglos. 

Alimentos naturales que luchan eficazmente contra las infecciones

En la búsqueda de soluciones frente a la creciente resistencia a los antibióticos, la naturaleza ofrece una despensa rica en alternativas. Los alimentos naturales, gracias a sus compuestos bioactivos, se presentan como aliados valiosos en esta lucha. No solo son accesibles y económicos, sino que su uso milenario respalda su eficacia. A continuación, exploraremos algunos de estos superalimentos que, más allá de nutrirnos, tienen el potencial de protegernos contra infecciones difíciles de controlar, ofreciendo una esperanza renovada en el combate contra las superbacterias resistentes.

Ajo

El ajo es uno de los antibióticos naturales más económicos y potentes que existe, aunque para que sea eficaz es necesario consumirlo crudo. Un estudio publicado en la Journal of Antimicrobial Chemotherapy reveló que un compuesto del ajo, llamado sulfuro de dialilo, penetra de manera eficaz en la capa protectora que forman las colonias de bacterias campylobacter. Esta sustancia disuelve esa capa y destruye las bacterias. De hecho, lo más interesante es que el campylobacter es 1.000 veces más resistente a los antibióticos debido precisamente a esa película protectora. En cambio, el ajo puede destruirla en mucho menos tiempo que la eritromicina y la ciprofloxacina. Además, contiene una amplia gama de tiosulfinatos como la alicina, responsables de su actividad antibacteriana.

Miel

La miel se ha usado desde hace siglos para tratar diferentes problemas de salud, aunque también es un excelente antibiótico natural. Ahora los científicos reconocen que es una solución ideal para combatir la infección en diferentes niveles ya que dificulta a las bacterias desarrollar la resistencia. El efecto osmótico, que es resultado de la alta concentración de azúcar que se encuentra en la miel, extrae el agua de las células bacterianas, deshidratándolas y matándolas. Además, la miel también inhibe la formación del biofilm, de manera que debilita la virulencia bacteriana y hace que las bacterias sean más susceptibles a los antibióticos convencionales. 

De hecho, lo más interesante de la miel es que, a diferencia de los antibióticos, no apunta al proceso de crecimiento de la bacteria, de manera que esta no puede desarrollar una resistencia.

Jengibre

Es ideal para combatir las infecciones bacterianas, sobre todo las infecciones respiratorias y periodontales. También se ha comprobado que puede ser mucho más eficaz para lidiar con las infecciones por Staphylococcus aureus y S. pyreus que algunos antibióticos convencionales. Así lo demuestra un estudio llevado a cabo en la Universidad de Gondar en el que se descubrió que el jengibre con miel es una mezcla ideal para inhibir el crecimiento de algunas de las superbacterias más letales que se conocen, como el Staphylococcus aureus, que es resistente a la meticilina, la Escherichia coli y la Klebsiella pneumoniae. De hecho, cuando los investigadores compararon los resultados del jengibre con miel con los de la meticilina, la amoxicilina y la penicilina, encontraron que solo la amoxicilina tenía una eficacia vagamente similar.

Cúrcuma

La cúrcuma, conocida por sus propiedades antiinflamatorias, también posee compuestos con efectos antibacterianos significativos. La curcumina, su principal componente activo, ha demostrado inhibir el crecimiento de diversas bacterias resistentes a los antibióticos.

Aceite de Orégano

El aceite de orégano es otro potente antimicrobiano natural. Contiene carvacrol y timol, compuestos que han demostrado ser efectivos contra varias cepas de bacterias resistentes.

Probióticos

Los probióticos, especialmente los encontrados en alimentos fermentados como el yogur y el kéfir, pueden reforzar el sistema inmunológico y proteger contra las infecciones bacterianas al mantener saludable la flora intestinal.

Preguntas Frecuentes

¿Pueden los alimentos naturales reemplazar los antibióticos?

Los alimentos naturales pueden ser una herramienta útil para prevenir infecciones o como complemento al tratamiento con antibióticos, pero no deben reemplazarlos en casos de infecciones graves. Siempre consulta a un médico.

¿Cómo puedo incorporar estos alimentos en mi dieta?

Incorpora ajo y cúrcuma crudos en ensaladas y aderezos. Consume miel cruda y jengibre en infusiones o mezclados en jugos. Añade alimentos fermentados a tu dieta diaria para mejorar la ingesta de probióticos.

¿Existen efectos secundarios al consumir estos alimentos?

En general, el consumo moderado de estos alimentos es seguro para la mayoría de las personas. Sin embargo, el ajo y el jengibre pueden interactuar con ciertos medicamentos, y la miel cruda no es recomendable para niños.

Los peligros del sobreentrenamiento

Publicado el 24 de Septiembre de 2023
Tiempo de lectura estimado: 4 minutos

La actividad física es esencial para mantenernos saludables y en forma pero si entrenamos en exceso, sin descansar lo suficiente, nuestro equilibrio físico y emocional se resentirá. Conoce los riesgos que implica el sobreentrenamiento.  Practicar ejercicio físico es beneficioso para nuestra salud. Sin embargo, todos los extremos son malos, por lo que si no descansamos lo suficiente y exponemos los músculos y las articulaciones a una carga excesiva, corremos el riesgo de sufrir lesiones o procesos inflamatorios agudos, es lo que se conoce como sobreentrenamiento. 

El exceso de ejercicio puede pasarle factura a tu salud física y emocional

El sobreentrenamiento es un problema común en los atletas de alto rendimiento ya que tienen que practicar intensamente durante largas horas. Sin embargo, cualquier persona que practique deporte también se expone a este riesgo, sobre todo si no cuenta con la guía de un entrenador personal. 

De hecho, el sobreentrenamiento no está causado únicamente por la falta de descanso. El riesgo de que sobrecargues tu cuerpo aumenta si no calientas antes de entrenar, si usas un calzado inadecuado, si no dominas bien la técnica, si padeces algún problema de salud como la obesidad y la osteoporosis o si tu dieta no suple tus demandas energéticas. 

Sensación de agotamiento y fatiga

Las personas que se someten a un sobreentrenamiento suelen padecer fatiga crónica, la cual afecta su rendimiento y estado físico en general. Lo que sucede es que al estresar los músculos y forzar demasiado al cuerpo, los niveles de cortisol se disparan y aumenta la síntesis de citoquinas, las proteínas que actúan como mensajeros del sistema inmunitario. Al deprimirse la función inmunitaria, se genera una sensación permanente de agotamiento y fatiga, aumentando a la vez la vulnerabilidad ante las infecciones.

Alteraciones del estado de ánimo

Entrenar de manera desmesurada durante mucho tiempo no solo afecta el estado físico sino también el equilibrio emocional. El problema se debe a las alteraciones que se producen a nivel hormonal y en el eje simpático-adreno-medular, que involucra la rama simpática del sistema nervioso central. Estos cambios en el organismo aumentan el riesgo de padecer problemas de concentración y de motivación, así como de sufrir depresión, ansiedad e irritabilidad. En muchos casos también pueden presentarse trastornos del sueño y una disminución de la libido.

Procesos inflamatorios crónicos

El sobreentrenamiento provoca una inflamación sistémica y localizada. Como resultado, las personas que se someten a un entrenamiento excesivo pueden sufrir procesos inflamatorios articulares y musculares en las rodillas, codos, tobillos o en cualquier otra parte del cuerpo. Asimismo, son más propensas a padecer una inflamación sistémica debido a la disminución de los glóbulos rojos y a la depresión del sistema inmunitario, problemas que se han relacionado con un riesgo mayor de padecer enfermedades autoinmunes o cáncer.

Lesiones por sobrecarga

Realizar los mismos ejercicios a diario sobrecarga los músculos y las articulaciones, aumentando el riesgo de padecer lesiones crónicas a largo plazo. A diferencia de las lesiones agudas que se producen debido a un mal movimiento y aparecen inmediatamente, los síntomas de las lesiones por sobreentrenamiento suelen manifestarse más tarde, cuando las articulaciones o los músculos se encuentran muy dañados, por lo que la recuperación es más complicada.

Reducción de la densidad ósea

El sobreentrenamiento puede dar lugar a diferentes problemas en los huesos, como la reducción de la densidad ósea. El problema radica en que la práctica excesiva de ejercicio físico reduce los niveles de estrógeno y testosterona, lo cual afecta a su vez la densidad de los huesos y aumenta el riesgo de padecer osteoporosis. De hecho, las más afectadas suelen ser las mujeres, sobre todo quienes ya sufren de amenorrea como resultado del sobreentrenamiento.

Preguntas frecuentes sobre los peligros del sobreentrenamiento

¿Qué deportes o actividades tienen un mayor riesgo de sobreentrenamiento? 

Los deportes y actividades que implican entrenamientos intensos y repetitivos, como el levantamiento de pesas, el running de larga distancia, el ciclismo de alta intensidad y los deportes de resistencia, tienen un mayor riesgo de provocar sobreentrenamiento si no se manejan adecuadamente.

¿Cómo puedo prevenir el sobreentrenamiento?

Para prevenir el sobreentrenamiento, es importante seguir un programa de entrenamiento equilibrado que incluya períodos de descanso adecuados, variación en la intensidad y duración del ejercicio, una nutrición adecuada, sueño suficiente y escuchar al cuerpo para reconocer signos de fatiga y agotamiento.

¿Qué debo hacer si creo que estoy experimentando sobreentrenamiento? 

Si crees que estás experimentando sobreentrenamiento, es importante tomar medidas para descansar y recuperarte adecuadamente. Esto puede incluir reducir la intensidad y la duración de tus entrenamientos, aumentar el tiempo de descanso entre sesiones, consultar a un profesional de la salud y considerar trabajar con un entrenador para ajustar tu programa de entrenamiento.